Constelaciones Familiares Cuánticas

Bert Hellinger definió a las Constelaciones Familiares como una terapia que “ordena” al sistema familiar, de acuerdo con tres principios básicos:

El derecho a la pertenencia: El alma colectiva desea estar completa, vive mal que haya excluidos. Muchas dinámicas de fatalidad, tienen que ver con personajes excluidos.

El Equilibrio: La vida se sustenta en el dar y en el recibir. Desde la nutrición, sobrevivimos porque nuestros padres o cuidadores nos dieron mucho. Nos mantenemos sanos y fuertes porque también intercambiamos de una manera que nos hace bien.

La prioridad de los anteriores: Todos estamos más tranquilos si asumimos “nuestro lugar”. Lo que ayuda es que cada quien esté en el lugar que corresponde, tan simple como que los padres estén en el lugar de los padres, y los hijos en el lugar de los hijos.

Muy frecuentemente estos principios no se respetan y es muy común que los hijos se inmiscuyan en asuntos de los padres, o que una injusticia cometida hacia un miembro de la familia quiera compensarse por alguien de una generación posterior.

Las consecuencias de estos desórdenes no se pueden predecir, y se revelan por sus efectos.

En el desarrollo de una Constelación grupal ponemos en escena la imagen de nuestro sistema familiar eligiendo en el Grupo de Trabajo a los representantes para los verdaderos miembros de nuestra familia. Allí donde hay perturbación, el representante va a manifestar sentimientos, emociones y actitudes que van a evidenciar los vínculos ocultados, los secretos, las normas y sus incumplimientos que regulan nuestro sistema familiar.

En el desarrollo de una constelación individual, se trabaja con figuras que representarán los verdaderos miembros de nuestra familia y a través de ellos podremos captar las emociones que se generan, comprendiendo, poniendo a cada uno en su lugar y sanando.