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Reflexología

 

La reflexología es una técnica natural que sostiene que el mapa de nuestro cuerpo –sistemas, órganos, glándulas, entre otros– tiene zonas de reflejo que los representa. Dichas zonas serían, principalmente, los pies, las manos y la cara. De ahí que a la reflexología también se la conozca como terapia zonal.

La reflexología proviene de la acupuntura (antigua técnica china), la cual afirma que el hombre posee una energía invisible e inmensurable, el Chi, que circula por unos canales llamados meridianos. En estos canales se encuentran unos puntos precisos que se masajean y oprimen para regular la circulación de esa energía. Cuando esa energía se estanca dentro de un órgano o en algún punto del trayecto, se produce un desequilibrio capaz de repercutir a la larga sobre sus funciones orgánicas y producir una enfermedad.

Con la reflexología se busca alentar los procesos naturales de curación del cuerpo, mediante la aplicación de presión en puntos reflejos en los pies, en las manos o en la cara, que restauran el equilibrio natural del cuerpo.

La reflexología es una terapia que nos puede ayudar tanto a prevenir diferentes síntomas y dolencias como para conseguir un equilibrio físico y mental.

  • Es relajante.

  • Alivia el estrés.

  • Activa la circulación sanguínea.

  • Afloja las contracturas.

  • Mejora la calidad del sueño.

  • Activa el sistema inmunológico.

  • Favorece mecanismos de depuración y eliminación de toxinas.

 

Entre las indicaciones habituales de la reflexología se encuentran:

  • Estreñimiento

  • Alteraciones en la presión arterial

  • Dolor de espalda

  • Hinchazón de las piernas

  • Cálculos renales

  • Asma

  • Alergias

  • Hipertensión

  • Colesterol

  • Tiroides

  • Inflamación

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